El Gobierno hace caja con el recibo de la luz: gana 1.080 millones hasta junio con los derechos de emisión

Mientras Pedro Sánchez pide a los ciudadanos calma por el incremento al doble del recibo de la luz y al triple el coste de la energía, el Gobierno hace caja con la escalada del precio de la electricidad. Ya no sólo a través del IVA, que se ha incrementado en más de 1.400 millones de euros, sino también con la subasta de derechos de emisión de CO2.

Se trata de un recargo público a las eléctricas que las compañías trasladan por medio del precio al recibo de cada ciudadano y negocio. Un recargo basado en el principio de que quien contamina paga, pero que ha supuesto en medio año un ingreso para las arcas de Hacienda de 1.080 millones de euros. Y los que lo han pagado han sido todos los contribuyentes.

El más que considerable ingreso de Hacienda gracias a esta partida, de la que prácticamente nadie habla, aparece recogido en las Estadísticas de Ejecución del Presupuesto que elabora la Intervención General del Estado para el Ministerio de Hacienda. OKDIARIO ha confirmado la evolución de esta partida y, efectivamente, se ha convertido en todo un premio gordo para el Gobierno. Un premio multimillonario de nada menos que “1.080.140.000 euros”. En sólo seis meses.

Traducido: al cierre del año, esta cuantía con toda probabilidad habrá supuesto un mordisco de más de 2.000 millones de euros que recae inicialmente sobre las eléctricas por sus emisiones de CO2, pero que acaban pagando todos los consumidores de luz en sus recibos por medio del traslado al precio final de la energía. Y esos 2.000 millones crecen a medida que las familias y negocios pagan más por la energía.

La reducción de emisiones de CO2 es una meta mundial. Con ese fin se creó la subasta de derechos de emisión para empresas energéticas: con el fin de entorpecer la generación de la energía contaminante: por ejemplo, el gas natural. Pese a ello, lo cierto es que a fecha de hoy, estos derechos de emisión se han convertido en una burbuja especulativa: las empresas los pagan ahora para evitar un encarecimiento futuro -a medida que se vaya reduciendo el derecho de emisión-, provocando una burbuja alcista del coste de emisión en el momento presente.

En el mercado, el derecho para emitir una tonelada de CO2 en 2017 costaba 5,83 euros; hace un año, su precio alcanzaba ya los 25 euros, y el pasado mes de abril, los 42 euros. Las empresas emisoras han dado orden de adelantar sus compras de derechos de CO2 ante la previsión de que los precios aumenten con su progresiva limitación. Y el Gobierno no deja de hacer caja con ello. A razón de 1.080 millones de euros por semestre.

Y todo ello, ante la pasividad del Gobierno. Y el cobro de su departamento de Hacienda de esos millonarios ingresos por los derechos de emisión. De hecho, tras cerrar agosto como el mes más caro de la historia, el precio de la luz en el mercado mayorista ha seguido una tendencia de escalada en septiembre con un nuevo récord el pasado jueves de 140,23 euros por megavatio (MWh), lo que se traduce en un 217% más en comparación con el mismo día del año pasado. Es decir, triplica el precio que se pagaba hace tan sólo 12 meses. Los analistas descartan que el auge del coste de la energía cese y auguran picos de hasta 200 euros/MWh, lo que supondrá cerca de un 45% más que en la actualidad.

El motivo no es otro que el incremento en los precios de los derechos de CO2 y del gas, a los que se ha unido el incremento de la demanda por las altas temperaturas y una menor contribución de las renovables, especialmente la eólica por la ausencia de viento.

Según Selectra, el comparador de tarifas de luz y gas, «el mercado a futuros sigue caro, es decir, la previsión es que la tendencia alcista del precio de la luz no mejore próximamente». «Puede darse el caso de que en alguna hora del día supere los 200 euros por megavatio (MWh), pero no en una media diaria que según el mercado de futuros podría superar los 160 euros por megavatio (MWh)», calculan.

«Hay que tener en cuenta que el encarecimiento actual del recibo eléctrico se debe, sobre todo, al encarecimiento del gas -que lo utilizamos para generar electricidad cuando no es suficiente con el resto de tecnologías como las renovables- y los derechos de emisión de CO2, y mientras las circunstancias se mantengan, el precio no se verá reducido de manera importante», explican.